El mes pasado fue el cumpleaños de mis sobrinas y mi regalo fueron unas camisetas con su nombre.
A Marta le encantan las chuches, así que pensé en convertirla en una auténtica Alicia que podría perseguir a un conejo de trapo hasta el recóndito País de las Chucherías, donde los árboles son piruletas y las nubes algodones de azúcar. A Marta le encantó el resultado.
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